Respecto, Martín, de la relación escuela familias, pienso que deberíamos hacernos la pregunta en dos niveles: uno, general, no local, en la medida en que esa relación fue afectada en todo el mundo o casi todo el mundo. Otro en la dimensión local, dada la larguísima interrupción de la actividad escolar en Argentina, respecto de esa interrupción en la gran mayoría de los otros contextos nacionales. Por un lado, esa interrupción nos está diciendo algo de lo que no podemos hacer responsables ni a las autoridades ni a los docentes o a sus representantes, sino a la sociedad: la escuela no es percibida como algo esencial, impostergable. A mí me llamó más la atención la escasa reacción colectiva ante el cierre de las escuelas que el cierre mismo. Hay allí algo sobre lo cual deberemos reflexionar en profundidad, creo yo.